miércoles, 16 de octubre de 2013

Capítulo 16: Locked (encerrada).

Hoooooola Pequeñ@s Sinajos :3333 Poooooor fin el capítulo 16! Sé que he tardado mucho, pero como recompensa, es bastante largo (creo yo...). En fin, espero que os guste, un besazo!!! :***





Abro los ojos, y el dolor acude a mi cabeza. Estoy tirada en el suelo, y tengo una mejilla pegajosa. Rápidamente me llevo una mano hasta ella, es sangre. Me toco la cabeza. Tengo una herida abierta, pero ya no sangra. 
- ¿Por qué, Prim?- pregunta una voz, está a mis espaldas.
Me doy la vuelta, sorprendida. Pero en seguida respiro aliviada, es él.
- ¿Por qué te han golpeado? ¿Qué está pasando?- su voz es tan dulce e inocente...
No puedo evitar abrazarle con todas mis fuerzas. Debe saberlo, le tengo que decir qué está ocurriendo.
- Es Allison, Finnick. Ella nos ha secuestrado. Me golpeo para grabar un anuncio y emitirlo. Quiere que nuestros padres lo vean. Quiere trae a mamá hasta aquí.
- No..no- la voz se le quiebra, le abrazo aún más fuerte- no puede hacer eso.
No se qué decir, me limito a seguir abrazándolo, y a acariciarle la espala. Él hunde la cara en mi camiseta, y puedo notar como esta se humedece por las lágrimas. 
- Te quiero, Prim- me dice con voz temblorosa.

- Yo también Finnick, te quiero muchísimo.
Seguimos así un rato. Hasta que, al final, se queda dormido.

Otra vez, otro sueño como el de ayer. Parecía tan real que casi podía tocarlo...
Me incorporo sobre la cama. La luz artificial baña la habitación, ahora que ha detectado movimiento. Echo de menos la ventana de mi habitación en el distrito, con sus suaves cortinas blancas. El distrito... tengo la sensación de que hace años que me fui de casa. Con todo lo que ha pasado, apenas he tenido tiempo para acordarme. ¿Habrá visto la gente del distrito mi anuncio también? Supongo que sí, ojalá pudiera cambiarlo todo, ojalá todavía estuviéramos en casa.
Me levanto, voy al diminuto baño, y me doy una ducha. Me distraigo dejando que el agua recorra mi piel, recuerdo el paseo que fui a dar ayer con Michel. Que ganas tengo de volver a verlo...
Cuando salgo, me seco el pelo, y me visto con una ropa que estaba doblada sobre una silla. Una camisa y unos pantalones negros. Me dejo el pelo suelto, cayéndome sobre la espalda, y cuando me estoy poniendo las botas, la puerta se abre. Me sorprende encontrarme con su cara, es ella, Caroline.
- Hola, vengo a traerte el desayuno, el encargado de hacerlo estaba ocupado en este momento, así que me han llamado a mí- dice con una voz suave, sin mirarme a los ojos- No.. no he llamado por si estabas durmiendo, para no despertarte.
- Muchas gracias- no puedo evitar sonreirle, y parece extrañada ante ello.
- Bueno, ya... ya me voy- dice apresuradamente, dándose la vuelta para irse.
- Espera, Caroline- digo antes de que se vaya.
- ¿Cómo sabes mi nombre?- me pregunta, confusa.
- Me lo ha dicho Michel- le contesto- Puedes quedarte si quieres, no he hablado con nadie aparte de él- digo, esperanzada.
- Está bien- se sienta con suavidad sobre la cama, como una pluma que se desprende de las alas de un pájaro, y cae lentamente.
Antes de que me de tiempo a abrir la boca, habla.
- Aunque no hablo mucho con él, creo lo que dice. Me refiero a Michel. No creo que tu estés contra los rebeldes ni nada de eso.
A pesar de que apenas la conozco, me conmociona lo que ha dicho.
- No soy una traidora, no sé lo que ocurrió en esos días que estuve ahí... pero jamás haría una cosa así.
- Te... te creo, Prim- dice despacio- Me parece horrible por lo que estás pasando, y además lo de tu herm...- se calla rápidamente.
Pero ya es tarde, sé que se refería a Finnick. Un nudo se me hace en la garganta, y tengo que mirar hacia otro lado.
- Lo siento- me pone una mano sobre el brazo- lo siento mucho, no quería..
- No pasa nada- sonrío a medias.
Nos quedamos un rato en silencio, mientras yo como algo de lo que me ha traído. Cuando levanto la vista, veo que acaricia una pulsera en su muñeca. Es preciosa. Plateada, con unas pequeñas letras grabadas "Auferat hora duos eadem". Caroline se percata de que estoy mirando las letras.
- Es latín, una lengua muy antigua. Significa "Que la misma hora nos lleve a los dos". Mi abuelo se la regaló a mi abuela, y ella se la dio a mi madre.
- Es muy bonita, ¿Y por qué no la sigue conservando tu madre?- le pregunto.
- Murió al darme a luz- dice en un susurro.
Siento como si me echaran un vaso de agua fría por la espalda.
- Vaya, lo siento mucho...
Ella levanta la vista, y antes de que pueda decir nada más, me abraza. Y lo sé, sé que tipo de Persona es Caroline. Sé que ha sufrido. Sé que necesita el amor que su madre no le pudo dar. Y también sé como soy yo, que cuando le cojo cariño al alguien, jamás le olvido.
- Siento todo por lo que estás pasando, Prim- dice, y me suelta.
- De verdad, Caroline, muchas grac...
Alguien llama a la puerta, me levanto para abrir. Una chica con el pelo color caoba, y los ojos grises está delante de mí. Es Lucy.
- Hola, Prim- sonríe abiertamente- ¿Está Caroline ahí dentro?
- Ehh, sí, pasa- digo, impresionada por su amabilidad.
- Caroline, tenemos entrenamiento en cinco minutos, nos lo han adelantado hoy, me han llamado para que te avise.
-Sí, voy.
Se levanta, y se dirige a la puerta.
-Adiós- me dirige una tímida sonrisa, y parece que la chica con la que he hablado hace tan solo unos segundos ha desparecido.
- Adiós, Prim, nos vemos- Lucy vuelve a sonreírme, y se van.
Tengo la sensación de que Lucy tampoco cree que yo sea una traidora. Esa idea me hace sonreír.
Me siento en la cama, y me termino el desayuno. El tiempo pasa muy despacio, lo sé por el pequeño reloj que hay en la pared. Me empiezo a desesperar, me levanto, camino por la habitación, y me vuelvo a sentar. Estoy deseando que Michel venga a por mí, como me prometió anoche, antes de volver aquí, pero deben seguir en el entrenamiento. Al final, me tumbo en la cama, y me quedo dormida...
Estoy en el bosque, camino despacio, observando todo a mi alrededor. Las hojas de los árboles brillan más que nunca, los sonidos del bosque se entremezclan, formando una melodía.  Entonces, aparece, el ciervo de la noche en la que salí con Michel. Me mira fijamente, y sus ojos son de todos los colores, me envuelven. Me acerco, y este dobla las patas delanteras, agachándose. Me subo a su lomo, y el ciervo echa a andar. Llegamos hasta un lago, y oigo el cántico de un pájaro, miro hacia arriba, y me encuentro a un precioso Sinsajo, subido a una alta rama. Estiro el brazo, pero no lo alcanzo. Entonces, como si me entendiera, el ciervo empieza a crecrer, más y más. Las hojas de los árboles me acarician la cara, pero sigo sin alcanzar al Sinsajo. De repente, este abre el pico
- Prim, Prim- dice el Sinsajo, con su melodiosa voz.
Las hojas me siguen acariciando la cara, una y otra vez, son tan cálidas...
- Prim, vamos, despierta- y no se cómo, pero el Sinsajo me sonríe.
Abro los ojos, aturdida, y sonrío. Sus preciosos ojos verdes me miran fijamente. Y sus dedos me acarician el rostro.
- Hey- susurra, sonriente.
Me incorporo, y él me abraza. Hundo la cara en su cuello mientra me acaricia el pelo.
- ¿Sabes? Creía que tendría que tirarte un cubo de agua encima para despertarte.
Levanto la cara. 
- Ah, ¿Si?- pregunto.
El sonríe. Acerco mis labios a los suyos, pero en el último momento desvío la cara. Él parece sorprendido. Y le susurro al oído.
- Has hecho bien en no hacerlo.
- ¿Y qué habrías hecho entonces?- me pregunta, también susurrando.
- Esto.
- ¿Qu...
Me siento sobre su regazo rápidamente, y le empiezo a morder el cuello. 
- ¡No, Prim!- su propia risa lo interrumpe- ahora verás.
Me agarra de la cintura y me levanta con una facilidad increíble. Me echa sobre sus hombros y empieza a andar. Me rió con fuerza, y me intento soltar. Al final, me deja en el suelo con suavidad. Me mira mientras me sigo riendo y pega su frente a la mía. Mi risa se va apagando poco a poco, mientras me voy sumergiendo en sus ojos. Le acaricio la cara, despacio, queriendo recordar cada una de sus facciones. Él cierra los ojos, y me besa. Siempre recordaré cada uno de nuestros besos, cálidos, dulces, suaves, apasionados. Cunado nos separamos, le beso en la mejilla, y él me dice unas palabras que jamás olvidaré.
- Eres lo mejor que me ha pasado en la vida.
- ¿Mejor que aprender a andar sin hacer ruido?- le contesto, sonriente.
Él empieza a reírse a carcajadas, y yo le acompaño. Cuando paramos, le abrazo.
- Te quiero.
Y sus ojos brillan con tanta intensidad que me deslumbran.


   
  * * *

Estoy nerviosa. Sé que no todos pensaran igual que Caroline y Lucy, pensarán que soy una traidora, a pesar de que él lo haya negado.
Después de venir a verme, Michel tenía un rato libre antes de la hora de la comida, así que ha decidido presentarme a sus compañeros de entrenamiento. Dice que piensan igual que él, y que no dirán nada de que salgo a escondidas. Espero que sea verdad, no puedo buscarme más problemas de los que ya tengo. Cuando llegamos a la puerta metálica y salimos al exterior, la primera persona a la que veo es Lucy.
- ¡Prim!- dice, alegre. 
Me da un abrazo, y se lo devuelvo, un tanto sorprendida otra vez. Michel se ríe.
- Lucy es así de alegre...- dice.
Me río, y vuelvo a mirar a los que hay. Michel habla.
- Prim, este es James.
Un chico con el pelo azabache y piel pálida me sonríe. Le devuelvo la sonrisa.
- Harry.
Tiene el pelo castaño y la piel oscura, es el más alto.
-Sarah.
Sarah tiene el pelo oscuro y rizado, cayéndole sobre los hombros.
- Mike.
Tiene el pelo rubio y unos brillantes ojos azules.
- Hannah.
Hannah me intimida. Me sonríe  pero sus ojos permaneces serios. Es guapa, y alta.
- Y Caroline.
Le sonrío a la que más.
Todos me hacen un gesto a modo de saludo o me sonríen. Yo se lo devuelvo.
- Esperad, ¿Y Charlie?- pregunta Michel.
- Estaba aquí hace un momento, pero ha tenido que irse porque su padre lo buscaba- contesta Sarah.
- Ah, está bien...- dice Michel.
Empezamos a pasear. Yo observo a los demás, Sarah y Harry van de la mano, y se besan de vez en cuando.
- Estás juntos- Me dice Michel, leyéndome el pensamiento.
Le sonrío y le tomo a él también de la mano.
Cuando nos sentamos, todos hablan y bromean. James, Harry y Michel son los que mejor se llevan. Sarah y Lucy hablan con Hannah, y cuando aparto la mirada siento que ella clava la suya en mí. Mike no es muy hablador, pero parece muy inteligente. Está sentado al lado de Caroline, me acerco a ellos.
- Hola- digo.
- Hola- Mike es el primero en contestar.
Caroline sonríe tímidamente.
Charlamos durante un rato, Mike me hace preguntas sobre mi hogar. Y cada vez que le dirige la palabra a Caroline, esta se sonroja y contesta con un sí o un no. James es el más divertido del grupo, no para de hacer bromas mientras los demás se ríen. Harry y Sarah discuten por cualquier tontería. Lucy es la más alegre, sonriendo constantemente. Hannah también ríe y habla, pero hay algo que la rodea que la hace parecer distinta. Al menos esa sensación me da a mí. 
Cuando falta poco para la hora de comer, volvemos dentro. Y cuando giramos por un pasillo, nos encontramos con la mujer rubia del día que llegue. Empieza a gritar con su aguda voz.
- ¿A dónde crees que vas, eh? ¡Traidora!- grita, fuera de sus casillas.
Me agarra del brazo con fuerza y tengo que soltar la mano de Michel.
- Déjala en paz- grita él, alzando la voz.
- DE ESO NADA. ¿Qué pretendías, estúpida niña? Creo que dejamos muy claro que no podías salir de tu habitación. ¿Querías escapar?- se ríe  histérica- Pues prepárate, no volverás a ver la luz del sol. Y VOSOTROS, OS VAIS A ENTERAR DE LA QUE OS VA A CAER ENCIMA.
Tira de mi brazo y me empieza a llevar por un pasillo, Michel nos persigue.
- ¡He sido yo quién la llevo fuera, suéltela!- grita Michel.
- No mientas por esta asquerosa traidora- le contesta con desdén.
Me encuentro con muchas caras mientras cruzamos pasillos y más pasillos. Effie, Haymitch, mis padres...
- ¡Prim!- grita mi madre.
- ¿Qué pasa? ¿Qué ha hecho?-pregunta mi padre.
- Intentaba escapar.
- ¡Mentira! Sólo estábamos dando un paseo- digo, asustada.
- Da igual lo que digas. No podías salir bajo ningún concepto. Ahora voy a asegurarme de que no vuelvas a salir nunca.
- HA DICHO QUE SOLO ESTABA DANDO UN PASEO, NO LA VA A ENCERRAR- grita mi padre, furioso.
- ¡Eso lo decidirá Paylor!- dice con superioridad.
Unos hombres se interponen entre nosotras y ellos. Michel forcejea contra uno de ellos.
-PRIM, PRIM- gritá.
Antes de que nos de tiempo a decir nada más llegamos hasta un ascensor.
La mujer se mete rápidamente conmigo, y pulsa el botón de bajada.
- ¡No puede llevársela!- grita mi madre, temblando.
- ¡Te sacaré de ahí, Prim!- me dice Michel.
Y las puertas se cierran, apagando todas las voces.
- Oiga, tiene que escucharme, yo no he traicionado a nadie.
Ella se limita a reír. Cuando el ascensor para, las puertas se abren. Estamos en un largo pasillo de piedra, alumbrado tan solo por la luz que sale del ascensor, en completa oscuridad.
A cada lado del pasillo hay puertas metálicas, con pequeñas puertecitas en ellas, del tamaño de una cabeza, son para la comida.
- Ahora sí que estarás con los de tu calaña, traidores- dice, y parece muy contenta.
Me empiezan a temblar las manos, encerrada otra vez no, por favor. Cuando llegamos a la quinta puerta, al lado derecho del pasillo, la mujer la abre. La habitación tiene el suelo de piedra. Ninguna cama, ningún lavabo, solo un pequeño orinal.Y antes de que me empuje dentro alcanzo a ver una rata.
- Que lo disfrutes- dice sonriente.
Cierra a puerta con un ruido sordo. Y la oscuridad se cierne sobre mí. Palpo las paredes a mi alrededor, abrumada, el pájaro vuelve a estár encerrado en su jaula.


3 comentarios:

  1. Me encanta cuando por fi esta un poco mas feliz, van y la encierra pobre. Por cierto genial
    capitulo, sigue aci!!!!!!!!!!!!!

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  2. Hola! Te he nominado a un premio en blog :) Te dejo el enlace de la entrada para que te pases cuando puedas: http://lasuertesiempredevuestraparte.blogspot.com.es/2013/10/premio-liebster-award.html
    Besos

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