Capítulo 11: El soldado rebelde

Todo esta lleno de sangre. Puedo oír fuertes gritos no muy lejos.Entre  estos puedo distinguir la voz de Alisson, gritando a sus hombres para que vayan tras alguien.

Justo después, tres disparos.Y entonces todo queda en silencio. Intento levantarme, huir entre la confusión, pero sigo atada. Mis nervios aumentan con el interminable silencio. Entonces la puerta se abre lrntsmente...
Una figura se acerca, pero no consigo verle la cara entre la oscuridad. Por un momento temo otro golpe, más sangre, morir aquí.
Entonces oigo una voz profunda y grave: 
-Tranquila. Soy un infiltrado rebelde. Te sacaré de aquí.- Puedo distinguir sus brillantes ojos verdes como el mar. Ya que cada vez esta más cerca. Es alto y con el pelo castaño. Tendrá unos veinte años. 
Intento responder, pero no consigo hablar. Me desata y me ayuda a levantarme, tengo el cuerpo entumecido.
- Vamos.-Dice intentando animarme. Puedo notar que siente lastima por mí. 
Salimos corriendo y cruzamos la habitación. Es la primera vez que salgo de ella desde que estoy aquí. Nos encontramos en un pasillo largo y estrecho. Es blanco y está iluminado. Al fondo puedo ver a tres hombre inconscientes  están heridos de bala. Pero Alisson no está por ninguna parte.
- ¿Dónde está Alisson?- Pregunto entre jadeos.
- Ha huido del tiroteo- Corre, tenemos que salir de aquí.
Pero entonces me acuerdo de algo.
- Espera- le digo parándome- ¿Y mi hermano Finnick? Tenemos que ir a por él.
- ¿Fi...Finnick?- pregunta asombrado.
- ¡SÍ, MI HERMANO! SE LLAMA ASÍ- Me estoy desesperando.
El chico sacude la cabeza, saliendo de su confusión. Me mira un momento y baja la mirada rápidamente, con nerviosismo.
No obtengo respuesta a mi pregunta, me agarra del brazo. Corremos por unos tres o cuatro pasillos, todos iguales; blancos e iluminados. Hasta que por fin nos detenemos frente una gran puerta doble y sellada.
Suelta mi brazo y de un disparo rompe la cerradura. 
Corremos durante un par de horas a través del bosque.En las que no paro de preguntar por mi hermano. Estoy a punto de pararme, porque mi cuerpo ya no aguanta más. Pero justo entonces se detiene en seco.
- No lo sé- Me dice mirándome fijamente.
- ¿Qué?
- Tu hermano, no... no se donde está.
 Enmudezco. 
Sin ninguna palabra más, seguimos caminando.
-Esta anocheciendo. Sera mejor que cace algo y busquemos refugio para pasar esta noche. Mañana llegaremos a la base rebelde subterránea-Dice sacando un cuchillo de uno de los bolsillos de su pantalón.-Quédate, estarás segura.- Deja un arma en mis manos que agarro con fuerza. Me siento en una roca justo debajo de un árbol.Justo entonces un sinsajo se posa en una de las ramas. Casi puedo oír a mi madre cantar. Empiezo a llorar, si él sabía donde estaba Finnick, eso significa que se lo habían llevado, porque si no hubiéramos ido a por él. No se que hacer... Estará muerto? Ni si quiera puedo pensar en ello.
Unos minutos después. Aparece el chico. Lleva un conejo en la mano. 
- Debes de estar hambrienta dice.
Me levantó, y empiezo a gritar.
- ¡Tenemos que buscar a Finnick!
- Por favor, deja de pronunciar ese nombre. Primero he de llevarte a la base, y después irá un equipo a buscarlo aunque... yo... no esperaría nada bueno.
Se que tiene razón, pero no puedo soportar la idea. Comienzo a llorar desconsoladamente. Finnick, mi hermano, aquel con el que me había reído tantas veces, al que había cogido cuando solo era un pequeño bebé, al que le había visto crecer; estaba muerto, y si no lo estaba ahora lo estaría dentro de unas horas. Debería ser yo la que tendría que haber muerto, no él, eran tan pequeño todavía... 
- Se lo duro que es que te falte alguien. Mi padre murió antes de que yo naciera. Soy soldado por él. Murió por Panem, y yo lucho para que su muerte y la de todos los rebeldes caídos no fuera en vano.
-¿Como se llamaba tu padre?Tal vez conociera a mi madre, el sinsajo.-Digo intentando dejar de llorar por un momento. 
- Es por eso por lo que he venido a por ti.

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Perdonad por la tardanza tributos, muchos besoos!